LA PRIMA
CECILIA
Después de la visita al hospital, Cecilia se
quedó toda la tarde en casa de Patín y Patán.
Era una
niña muy revoltosa y lo tocaba todo. A punto estuvo de romper un jarrón que
estaba encima de la mesa.
Su primo Patán evitó que se cayera al suelo al oír
que Patín gritaba: ¡Nena!
Después del susto, Cecilia seguía corriendo por toda la casa y
cogiéndolo todo.
Por la noche se la llevaron a su casa y Patín y Patán
descansaron.
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