El cazo de Lorenzo.

Lorenzo siempre arrastra un cazo detrás de él. 

No sabe muy bien cómo le cayó encima pero a causa de este cazo Lorenzo ya no es del todo como los demás.

Llevar este cazo siempre consigo es un problema. 

Se atasca en todas partes y le impide avanzar. Además, a menudo las personas sólo ven ese cazo que arrastra a todas partes y lo encuentran raro, incluso inquietante.

La vida con el cazo no es nada fácil y Lorenzo lo lleva regular.

A veces dice palabrotas, pega, o termina castigado. Está tan harto que decide esconderse hasta que la gente se olvide de él.

Afortunadamente, no todo el mundo es igual.

Lorenzo tendrá la suerte de conocer a alguien que le sacará de su aislamiento. Le enseñará a espabilarse con su cazo y le devolverá las ganas de asomarse al mundo.

Lorenzo seguirá siendo peculiar porque no puede desprenderse de su cazo, pero no le causará tantos problemas y empezará a ser más discreto.

Por fín podrá disfrutar con los demás niños y, sin dejar de ser el mismo, los demás reconocerán sus cualidades.

Con palabras simples y unas sencillas y divertidas ilustraciones, la autora recrea el día a día de un niño diferente: sus dificultades, sus cualidades, los obstáculos que tiene que afrontar.

El Cazo de Lorenzo es una lección de vida, no sólo para Lorenzo, que debe aprender a convivir con su problema, sino también para todos los demás, como sociedad, acerca del papel que tenemos en un mundo en el que todos podamos convivir y ser felices, con discapacidades o sin ellas.

Un cuento metafórico para hablar de las diferencias a los más pequeños.

Una lectura para trabajar y afianzar la inteligencia emocional de los niños y que se debería leer varias veces durante la infancia por la importancia del mensaje que transmite.

Teniendo en cuenta siempre el nivel de madurez que tenga el niño, podemos intentar poner ejemplos prácticos a la metáfora del cazo rojo que siempre arrastra Lorenzo.

Podemos hablar también de creer en uno mismo, de superarse, de convertir la adversidad en un aprendizaje.
La resiliencia, una palabra un poco complicada pero cuyo concepto es importante inculcar desde la infancia: la capacidad de sobreponernos a las cosas malas que nos sucederán en la vida.

Este relato nos ofrece la oportunidad de explicar a los niños cómo debemos ayudar a los que tienen dificultades a integrarse, y no verlos como una amenaza, como una molestia. 

Es una lectura recomendada por la Asociación Plena Inclusión (antigua FEAPS, Confederación Española de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual o del Desarrollo)

Su autora es Isabelle Carrier.
Ha sido traducido por Elodie Bourgeois Bertín.
Lo publicó Editorial Juventud. Barcelona 2010

Aquí tenéis un vídeo inspirado en el cuento: